Un flash instantaneo por detrás, acompañado de un estruendo salpicado de vidrios que no alcanzarón a marcarnos, un sonido que sin duda quedará plasmado en cada uno como alerta de vida. Un golpe asegurado que no tardó en atontarme y un olor a velocidad desmedida e irresponsable que pronto tendrá que pagar.
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