El árbol salió de mis sueños, se puso en medio del verde y me dejó sobre él mirandote a los ojos. El calor hacia sudar mis manos y el nervio recorrió cada centimetro, hasta esconderse en mi espalda. Al parecer tú no te dabas cuenta de nada. El viento con pelusas desimulaba mi pena con estornudos y lagrimeos que a la vez eran la mezcla perfecta entre lo que era vedad y lo que se escondía. Yo escondí todo mi discurso entre medio de un cuaderno, no te lo pasé porque ya no valía la pena., fue finalmente el abrazo lo que selló lo que no quería volver a vivir. LO SIENTO TANTO, pero te mentí.
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