Las palabras terminarían con todo. Por ahora imitan a un dulce de menta, sólo por ahora están debajo de nuestras lenguas. Atascadas, atoradas, ahogadas en saliva.
Las palabras terminarían con la angustia, esa que me contagias con cada beso tuyo. Por ahora me quedo con el momento, sólo por ahora porque mañana el calor no derretirá mi nostalgia.
Las palabras no terminarían con nada.
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